Según las fuentes, los cordobeses comenzaron a abrir las puertas de sus patios al público en 1918. Una costumbre que se formalizaría cuando el alcalde Francisco Fernández de Mesa convocó por primera vez el Concurso de Patios, Balcones y Escaparates en 1921. Se establecieron tres premios de 100, 75 y 50 pesetas, repartidos entre los únicos patios que se inscribieron en esta edición. Ante la escasa respuesta recibida, el Ayuntamiento no volvió a celebrar el concurso hasta 1933. Sin embargo, durante estos años se recuperó una antigua tradición cordobesa: la instalación de cruces en patios, que se celebró por última vez en 1929.

Córdoba Patio de una casa de la plaza de las Bulas. Autor(es): GARZÓN HERRANZ, RAFAEL. 1923. Archivo Municipal de Córdoba.

El certamen retomado en 1933 vuelve a interrumpirse con el estallido de la Guerra Civil y prácticamente no se recuperará hasta 1944 bajo el mandato de Antonio Luna Fernández (1944-1951). De este período cabe destacar el establecimiento de los primeros criterios de valoración de los patios, de modo que el jurado tuvo en cuenta la arquitectura, la decoración y el tipismo de estos.

Córdoba Patio de casa popular. Autor(es): GARZÓN HERRANZ, RAFAEL. 1930. Fuente: Archivo Municipal de Córdoba.

Para potenciar los patios como atractivo turístico, el alcalde Antonio Cruz Conde (1951-1962) aumentó el número y la dotación económica de los premios desde que llegara al Ayuntamiento. Así, el primer premio pasó de 3.000 pesetas en 1951 a las 8.000 de 1962, último año de su gobierno. Se concedieron además ayudas económicas a los patios no premiados con el fin de compensar los gastos y el esfuerzo de sus cuidadores.

CONCURSO DE PATIOS. PRIMER PREMIO. Autor(es): LADIS. 1965. Fuente: Archivo Municipal de Córdoba.

En esta época surgieron asimismo dos iniciativas para impulsar este certamen: el “Festival de los Patios Cordobeses” y la “Reina de los patios”. El primero, celebrado actualmente, fue concebido en 1956 como una programación paralela a la fiesta con música clásica y flamenca en los patios de antiguos monumentos y en los jardines del Alcázar de los Reyes Cristianos. Por su parte, la “Reina de los patios” fue un concurso de belleza instaurado en 1962 que se mantuvo hasta 1983.

El propio alcalde Antonio Cruz Conde recoge en sus memorias: “Si Córdoba podía aspirar a constituirse, con motivo de sus fiestas, en foco de atracción andaluza durante mayo, había que potenciar fiestas que tuvieran un especial atractivo. Con motivo del Concurso de los Patios, en el que se otorgan premios por el exorno y cuidado de esta pieza única de la arquitectura de nuestras casas, se celebraba alguna fiesta en honor de la Comisión Municipal que adjudicaba los premios, fiesta que en algunos casos empezó a prolongarse en días sucesivos y esto nos hizo concebir la idea de que lo que había nacido como Concurso debiera convertirse en un Festival que llamaríamos de los Patios Cordobeses, donde durante unos días del mes de mayo y utilizando como marco el incomparable de nuestros patios, Córdoba celebrase sus fiestas de una manera original y única. Pensábamos que las fiestas que adquirieron fuerte raigambre son aquellas en las que todo el pueblo participa. Las Fallas de Valencia, la Feria de Sevilla, el Encierro de Pamplona o la Romería del Rocío, aparte de su originalidad tienen la particularidad de que todas las clases sociales son protagonistas de la fiesta y participan en ella”.

CONCURSO DE PATIOS. PRIMER PREMIO. Autor(es): LADIS. 1967. Fuente: Archivo Municipal de Cördoba

Con esta idea potenció el Festival de los Patios Cordobeses como fiestas originales de Córdoba en mayo. Para ello, y con el apoyo del Estado, trajo a la Orquesta Nacional al Patio de los Naranjos, la Orquesta de Berlín al Patio del Museo Arqueológico, un recital flamenco en el patio del Palacio de la Merced, el ballet español de Antonio al Alcázar de los Reyes Cristianos, así como otras importantes atracciones.

El flamenco, dignificado, tuvo relevante importancia en el Festival y aparte del Concurso Nacional a celebrar cada tres años, se incluyeron recitales de elevada categoría. En 1961, en el Patio de la Merced, se celebró un homenaje a “La Niña de los Peines”, con relevante importancia. En 1962 se usó la Plaza de la Corredera para la entrega de la Llave de Oro del Cante a Antonio Mairena, resultando espléndido tanto por el marco, realzado con mantones de Manila y flores en todos los balcones, como por la categoría artística del espectáculo y por el carácter popular del mismo. Cada año y en distintos recintos de patios o plazas, se ofrecieron diferentes espectáculos que siempre tuvieron un creciente interés.

CONCURSO DE PATIOS. PRIMER PREMIO. Autor(es): LADIS. 1965. Fuente: Archivo Municipal de Córdoba.

Las bases del concurso y su dotación económica no experimentaron grandes cambios hasta la época de Julio Anguita (1979-1985). En estos años se estableció que los patios debían adornarse exclusivamente con flores del tiempo, se prohibió también la instalación de bares y se suprimieron como mérito a evaluar por el jurado la actuación de artistas flamencos. El Ayuntamiento añadió además otros criterios de valoración, todos ellos en consonancia con su deseo de preponderar la autenticidad sobre aspectos artificiosos o tópicos, y mejoró la dotación de premios y ayudas.

INAUGURACIÓN DEL PATIO ADQUIRIDO POR LA ASOCIACIÓN DE AMIGOS DE LOS PATIOS. Autor(es): LADIS HIJO. 1975. Fuente: Archivo Municipal de Córdoba.

No fue hasta 1988 cuando las bases del concurso precisaron los aspectos ornamentales que debían valorar el jurado: variedad floral, cuidado de macetas y arriates e iluminación natural. Y no se contemplaron diferentes categorías de premios hasta prácticamente una década después. Los patios se distinguieron entre arquitectura antigua y moderna, otorgándose galardones que responden a aspectos específicos como la conservación arquitectónica, la decoración natural, el esfuerzo vecinal o el uso artístico del agua.

Así se gestaron los valores inmateriales de la Fiesta de los Patios, el rito, la tradición, la implicación y colaboración de la comunidad y la generosidad, que premió la UNESCO, inscribiendo la Fiesta de los Patios Cordobeses como PATRIMONIO CULTURAL INMATERIAL DE LA HUMANIDAD el 6 de diciembre de 2012.

Como se recoge en el Atlas Inmaterial de Andalucía, realizado por el IAPH: “La fiesta comienza desde el momento en que, voluntariamente, los habitantes de casas vecinales o unifamiliares deciden participar en el ritual de los patios. Esto conlleva abrir el patio para que este sea visitable durante los primeros días del mes de mayo con motivo del Festival y el Concurso de Patios. En el caso de las casas vecinales, la junta de vecinos acuerda abrir el patio, diseñando el calendario de preparación de este, así como las tareas a realizar y el reparto de estas”.

Aunque podemos hablar durante la Fiesta por un lado del Concurso de Patios y, por otro, el Festival de Patios, ambas actividades se aúnan bajo la denominación “Fiesta de los Patios” desde la edición de 2013. Hay que reseñar que conforme esta fiesta ha arraigado en la identidad cultural cordobesa, ha aumentado su duración, pasando de tres o cuatro días en su inicio a casi dos semanas de celebración en la actualidad. También es destacable el cambio de la procedencia y el número de visitantes de este ritual, en la última década. Si en un principio participaban en el ritual mayoritariamente cordobeses, en la actualidad se ha potenciado la participación de otros grupos foráneos, que vienen atraídos por la singularidad de esta fiesta.

Autor: Juan José Primo Jurado. Director del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico. Parte de la ponencia inaugural de la Jornada 100 AÑOS DEL FESTIVAL DE LOS PATIOS EN CÓRDOBA. 29 de abril de 2021.

 

En este enlace de la web oficial de los Patios de Córdoba, se pueden completar más datos acerca de la historia de esta fiesta que hace Marca España y que es Patrimonio de la Humanidad. Pincha aquí.