Autor: Tours por Belfast
Hace no mucho tiempo, la visita de un joven a Belfast era motivo de alarma para toda la familia debido al nivel de violencia en la ciudad causado por la presencia de grupos paramilitares, algo conocido por todos. Ahora, algunos de esos mismos paramilitares ofrecen visitas guiadas.
¿Qué ha pasado en Belfast?
Hoy en día, Irlanda del Norte se encamina hacia convertirse en un destino turístico de primer orden, y Belfast es el epicentro de este fenómeno. Por ejemplo, en 2023 Irlanda del Norte batió su récord histórico de visitas desde la propia isla, alcanzando más de 800,000 viajes y dejando muy atrás los 500,000 que había antes de la pandemia. Irlanda del Norte ha sido un destino poco conocido debido al conflicto, eclipsado también por Dublín. En los últimos años, la apertura de Belfast al turismo se ha combinado con una fuerte inversión del gobierno británico en la ciudad, todo esto en un momento en el que su vecino Dublín no puede hacer frente a la presión turística que está recibiendo. Muchos cruceros optan por hacer escala en Belfast en lugar de Dublín.
Irlanda del Norte es visitada por la Calzada del Gigante, su vida nocturna, la historia del Titanic y el conflicto político, sumándose ahora también la popularidad de Juego de Tronos. El punto es que no importa cuál de los anteriores sea el motivo de tu viaje, para llegar debes pasar por Belfast.
Con este crecimiento del turismo, no es de extrañar que emprendedores del sector turístico hayan creado visitas guiadas de todo tipo, pero hay una temática en particular que tiene un papel protagonista: Los Conflictos.
Los Conflictos es la época entre 1969 y 1998 durante la cual la ciudad vivió en el miedo, la violencia y un tipo de segregación que se plasmaba en muros gigantescos que separaban los barrios, lo que nos puede recordar al Muro de Berlín o a los de Jerusalén.
Algunos de los paramilitares que participaron en el conflicto armado ahora trabajan como guías turísticos, ofreciendo visitas a bordo de sus taxis negros por los barrios más afectados. Muchos de ellos vivieron allí. Pero ¿cómo ha llegado a ocurrir esto?
Los taxis negros
Los tours de los Black Cabs o taxis negros tienen su origen incluso antes del final de los conflictos: durante los escasos e irregulares momentos de alto el fuego entre ambos bandos, turistas curiosos solían visitar Belfast intrigados por el conflicto. Entonces, paramilitares muy específicos ofrecían las visitas.
El uso de estos taxis negros se remonta al año 1969, cuando después de unos disturbios en los que se quemaron varios autobuses, se dejó de dar servicio por esas áreas. Entonces, tanto católicos como protestantes comenzaron a comprar muchos taxis de la London Taxi Company, convirtiéndose en el medio de transporte del barrio.
Para ser identificados y para que los clientes no temieran ser secuestrados por alguien del bando contrario, los taxis católicos usaban una identificación verde, mientras que los protestantes eran conocidos por siempre pararse en las paradas de autobús.
Afortunadamente, esto es cosa del pasado. Viajar en taxi es seguro y los tours en taxi negro se consideran un ejemplo referente de reinserción social.
En 1998, junto con el Acuerdo de Paz, llegó la libertad condicional para paramilitares de ambos lados. Se consideraba que si se quería reinsertar a estos exconvictos en la sociedad, se requería introducirlos en el mercado laboral, y el sector turístico ha sido un medio para lograrlo con una eficacia indiscutible.
La vida ha cambiado y ahora tanto conductores independientes con sus taxis como grandes empresas compiten saludablemente para satisfacer la demanda. Además, varios guías hacen tours a pie.
De hecho, hay tours políticos en español ofrecidos por la compañía Tours por Belfast formada por guías independientes, que también ofrecen un tour de la ciudad.
El tour político
El tour político tiene lugar entre un barrio católico y uno protestante separados por un muro: el Falls Road y el Shankill Road.
El Falls Road es famoso por ser el barrio de ‘’los murales’’. Esta área, conocida oficialmente como el ‘’Muro Internacional’’, está formada por muchas pintadas con temática nacionalista irlandesa, así como de causas con las que simpatizan, así como de algunos de los paramilitares más reconocidos, siendo el más destacado Bobby Sands por la huelga de hambre.
Antes de cruzar al Shankill, se pasa por el Muro de la Paz, que ha separado católicos y protestantes durante décadas. Con 10 metros de altura y 5 km de largo, este muro es símbolo de que el conflicto ha causado heridas que todavía no han cicatrizado.
En el Shankill Road se encuentran mayormente memoriales a las víctimas del IRA. La visita termina cerca de un memorial a las 5 víctimas de un atentado-bomba en un pub, un punto recorrido por todas las compañías.
Curiosamente, siguen existiendo guías locales que solo pasan por su barrio y no cruzan al contrario.
¿Y qué viene después?
La gran mayoría de los vecinos lo que quieren es una vida tranquila, pacífica y, sobre todo, dejar el pasado atrás. Muchos jóvenes de ambas comunidades se forman año tras año para contribuir a un sector que ha traído la concordia y la prosperidad a esta ciudad.
Belfast es ahora llamada ‘’el Bilbao Irlandés’’ por haber pasado de ser una ciudad gris e industrial a una moderna y cosmopolita. Cada año la ciudad va mejorando y lo mejor está por llegar.