En esta entrada voy a escribir unas palabras sobre el Camino de Santiago. He elegido precisamente el camino porque en él coinciden varios aspectos que me gustan y que son muy importantes en mi vida. El camino es diferente para cada persona, una vez oí decir a alguien que hay tantos caminos como personas, y estoy de acuerdo.

Para mí el camino mezcla deporte, arte, y religiosidad de un modo especial.

Lo del deporte resulta obvio, el camino normalmente se hace a pie o en bici, no es necesario ser un deportista de élite, pero sí es cierto que si no tienes una pequeña base puede resultar muy duro, incluso perjudicial para la salud: daño en los pies, espaldas o rodillas.

Lo del arte también es evidente. En torno al camino surgieron en la edad media y siglos posteriores numerosos edificios con una finalidad religiosa y de ayuda al peregrino.

Pero en qué consiste el camino.

Fuente: Manuel Alejandro González Flores

Fuente: Manuel Alejandro González Flores

Cuenta la tradición que hace 12 siglos se localizó la tumba del apóstol Santiago en Galicia, y que se construyó una edificación en torno a ella para honrarlo, edificación que se fue aumentando con el paso de los siglos. La idea de la peregrinación es anterior a la Edad Media, sin embargo, ahora será un fenómeno mayor, son más las personas que dirigen sus pasos hacia lugares santos.

Miguel de Unamuno dijo “todo hombre moderno, dotado de espíritu crítico, no puede admitir, por católico que sea, que el cuerpo de Santiago el Mayor, repose en Compostela”. Y puede que tenga razón, no obstante, la idea del Camino es más fuerte que la meta: el objetivo es el Camino.

El Camino de Santiago se realizaba sobre todo como agradecimiento por alguna petición concedida, para pedir por el cumplimiento algún favor y, sobre todo, para conseguir la indulgencia, es decir, el perdón de los pecados.

Existen varias rutas que otorgan este perdón: Lo que van a Compostela se llaman peregrinos, del latín per agrum, por tierra, los que peregrinan a Roma se llaman romeros, y los que peregrinan a Jerusalén se llaman palmeros. España es muy afortunada en este tema de indulgencias, porque este jubileo, esta indulgencia plenaria, también se consiguen si peregrinas a santo Toribio de Liébana en Cantabria o a Caravaca de la Cruz en Murcia.

El nombre de la ciudad de Santiago tampoco está elegido al azar: Santiago es san Jacopo, san Jago y Compostela significa campus estella, es decir, campo de las estrellas, pues se dice que las localidades del camino siguen la Vía Láctea, que basta con mirar el cielo para orientarse.

Sin embargo, caminos hay muchos. Antiguamente el camino comenzaba en la puerta de la casa de cada uno, decidías hacer el camino y empezabas a andar desde donde vivías. En la actualidad existen varios caminos marcados que los peregrinos prefieren utilizar porque dan seguridad: te encuentras con otras personas como tú, hay una amplia red de albergues, en el Camino encuentras obras de arte que fueron edificadas para peregrinos hace 1000 años.

El camino más conocido y el más utilizado es el francés, comienza en el Pirineo francés, en Saint Jean de Pied de Port, y entra en España por Roncesvalles, en Navarra. Éste es el que atraviesa a provincia de Palencia. Otro también muy transitado es el Camino de la Costa Norte de España, va paralelo al francés, pero por la Costa cantábrica. También es muy utilizado el de la Ruta de la Plata. El portugués, el inglés… hay varios. Eso es lo que representa la vieira, que además de ser un elemento relacionado con Galicia, sus surcos, simbolizan todos esos cambian que confluyen en un solo punto. Todos llegan a Santiago, aunque es muy habitual que los peregrinos lleguen a Finisterre y que allí quemen las ropas con las que han hecho el camino, como acto de purificación.

El Camino de Santiago es deporte, es arte, pero sobre todo es un camino hacia ti mismo. Personalmente creo que a todos nos gusta viajar porque conoces nuevas personas, nuevas culturas… pero sobre todo porque te conoces a ti. Te conoces cuando sales de tu rutina y de tu zona de confort, descubres cómo te enfrentas a algo que no estás acostumbrado. Pero en el camino te enfrentas a ti, y eso es algo que sorprende SIEMPRE.

Fuente: Manuel Alejandro González Flores

Fuente: Manuel Alejandro González Flores

Aconsejable, hacer el camino solo o son otra persona. Depende dónde comiences el camino puede durar una semana, un mes … Cada día duermes en un sitio, recorres varios kilómetros con peso a tu espalda, te llueve, hace mucho sol, pasas hambre, pasas sed, no tienes tele, no puedes estar pendiente del móvil (¡¡¡¡¡¡incluso puede que te quedes sin batería!!!!!!), puede que pases el día entero sin hablar con nadie hasta que llegues al albergue, en el albergue no tienes la intimidad que te gustaría, son salas amplias con literas y baño compartido… y todo eso pasa factura.

El camino es una especie de rito de iniciación y de encuentro con uno mismo. Incluso físicamente. Comienza en Pirineos, etapas muy duras de montaña, con grandes subidas y grandes bajadas que destrozan las rodillas. No estás acostumbrado a llevar peso a tu espalda. En este momento es cuando empiezas a valorar lo que es realmente imprescindible en tu vida, lo que necesitas “meter en tu mochila”. Te duelen los pies, seguramente te salgan ampollas, mala idea estrenar botas, mejor usadas, y piensas quién me mandaría a mí hacer este camino. Después de varios días llegas a zonas con más población, conoces lugares y te apetece formar parte de la comunidad, empiezas a asistir incluso a algunas misas (muchos albergues son gestionados por religiosas y te invitan a Completas), empiezas a sentirte parte de algo.

Fuente: Manuel Alejandro González Flores

Fuente: Manuel Alejandro González Flores

En cuanto te acomodas, llegas a la zona de castilla. Muchos peregrinos se la saltan y pasan directamente de Burgos a León: ERROR. Son unas etapas muy necesarias. Tierra de Campos, llanura, paisaje monótono y repetitivo, con pocas sombras… no ves el final del camino en el horizonte. Mucho tiempo para pensar, quizá demasiado. Es aquí cuando realmente te paras a pensar en ti, antes no tenías mucho tiempo porque pensabas en tus pies, en tu espalda, en cómo funciona esto…pero ahora eso ya lo tienes superado, no hace falta pensar en lo de fuera, piensas en lo de dentro, y así durante casi 200 kilómetros.

Ya en la provincia de León el paisaje vuelve a cambiar, el color y la montaña marcan la diferencia, también en el espíritu del peregrino que se siente más cerca de su meta. Continúan apareciendo increíbles monumentos, cada vez hay más peregrinos y los pies ya no duelen tanto. A 230 km de Santiago está la cruz de Ferro, situada en Foncebadón, el punto más alto del Camino. Allí los peregrinos depositan una piedra que han cogido en el camino, como símbolo de desprenderse de lo viejo.

Catedrales, iglesias, hospitales…y la provincia de Lugo. El puerto de O Cebreiro con rampas de fuerte inclinación, se hacen interminables unos pocos kilómetros..

Si en Pirineos hace frio, en Castilla calor, en Galicia llueve, llueve y llueve casi todos los días. A esto hay que sumarle la nieve dependiendo de la época del año…

La lluvia embarra los caminos, hace que andar sea más complicado y que las bicis se atasquen, que pese más la mochila y hasta los huesos. Y te sigue dando tiempo a pensar.

Muchos peregrinos optan por realizar los últimos 100 km del camino, con eso ya se consigue el perdón, son unos 5 días a pie. Y es aquí, en Sarria, donde la cantidad de peregrinos se duplica literalmente. El camino se anima y eso también se agradece.

El paisaje de nuevo cambia, se hace más escarpado, la arquitectura popular también es diferente y la meta cada vez está más cerca.

Entonces, cuando faltan apenas 4 km para llegar a Santiago, te encuentras en el Monte do Gozo, nombre bien puesto porque desde él se ven las agujas de la catedral y eso da mucha energía.

Entras a Santiago y la vida bulle, después de tanto campo, cualquier pueblo o ciudad parece un hervidero. La sensación de recorrer las calles de la ciudad es indescriptible, es el sentimiento de haber conseguido lo que te proponías, de sentirte capaz de hacer cualquier cosa y de que todo es posible.

Creas o no creas, llegas a la Catedral con la mochila aún a cuestas y te sientas en uno de sus bancos, a escuchar el silencio, o el bullicio, a escucharte a ti mismo, te encuentras dándote la enhorabuena por haberlo conseguido, incluso piensas que eres un poquito mejor persona que cuando empezaste el Camino. Porque en todo este tiempo, has conocido personas de otros países, has compartido tu comida, aunque no tuvieras suficiente para ti, has ayudado a alguien que estaba desorientado, a alguien que había pinchado, y has hecho que durante un ratito alguien se sintiera mejor, que fuera un poco más fácil para los demás.

Después de haber sellado en todos los albergues o iglesias, te diriges hacia la Oficina del Peregrino, al lado de la Catedral, y allí te dan un papel que vale más que el oro, sólo para ti, claro. Un papel que te va a recordar toda tu vida, que este camino de Santiago es algo más que un camino.

Fuente: Manuel Alejandro González Flores

Fuente: Manuel Alejandro González Flores

El camino de Santiago ha tenido momentos mejores y peores. Si fue peregrinaje hacia un lugar santo, también fue escondite de maleantes. Ahora mismo no se puede realizar, está prohibido el tránsito entre comunidades para no residentes. Sin embargo, se encontraba en un momento de esplendor, que ojalá vuelva en este 2021 Año Xacobeo.

Hay muchos caminos y muchas maneras de formar parte del camino. Muchas personas que han sido peregrinas, deciden pasar unos días de sus vacaciones trabajando de manera altruista en un albergue como hospitaleros, estando en contacto con el camino y ayudando a los peregrinos. Paolo Coello y su novela El Peregrino de Compostela han ayudado mucho a su conocimiento en otros países.

 

Fuente: Manuel Alejandro González Flores

Fuente: Manuel Alejandro González Flores

Después de contaros todo esto, podéis imaginar que he sido peregrina, que he realizado el camino de Santiago y que ha sido una de las mejores experiencias/aventuras de mi vida. Yo hice el camino en bici desde León y aunque no lo sabía al principio, mi motivo acabó siendo religioso. Por si no lo sabéis, los peregrinos se pueden casar en la capilla de la Corticela.

Carmen Ortego.